HISTORIA
Hacia el año 1200 Maella se hallaba poblada por 30 vecinos. Sobre el año 1840 la población ascendía a 1750 personas. En 1930 tenía Maella 3450 habitantes, de los que 165 vivían en Villanueva de Almazán y en caseríos de San Sebastián y La Capitana. En la actualidad, Maella cuenta con 2180 residentes.
El suelo cultivable es fértil. Históricamente, los productos máscultivados han sido el olivar, la vid y el almendro; en la actualidad destaca el melocotón tardío. Las higueras, que por la exquisitez de su fruto dieron tanta fama a Maella, han desaparecido casi totalmente. La Villa ha experimentado en los últimos años una gran transformación. En la década de los 50 se instaló la red de suministro de agua; posteriormente, se pavimentaron todas sus calles, y se les dotó de una espléndida iluminación. Desde 1984 dispone de teléfono público. En 1966 se inauguró la piscina pública municipal. Unos años antes, en 1921, fue levantada en el barrio de San Sebastián la única plaza de toros de piedra de la comarca, con un aforo para unas dos mil personas.
En ella se celebran diversas corridas y encierros de vaquillas, coincidiendo con las fiestas mayores. Cuenta Maella con un campo de fútbol y con un pabellón polideportivo en el que se organizan competiciones de diversos deportes. En el verano de 1404 Martín I el Humano celebró Cortes en Maella, en el recinto de la iglesia parroquial. Años más tarde, en 1423, se convocaron de nuevo Cortes en Maella; fueron las primeras en la historia de Aragón que se convocaban en ausencia de Rey. Durante la Guerra de Sucesión entre Carlos VI y Felipe V, Maella luchó al lado de Don Felipe, quien le concedió el título de «Fidelísima», y le otorgó el derecho a incorporar en su escudo la flor de Lis.
Dos monumentos llaman la atención: la torre del reloj y el castillo palacio. La primera, edificada en las siglos XV y XVI, tiene 48 metros de altura y forma octogonal en su parte superior.
Está completamente restaurada, y da cobijo al salón de sesiones del Ayuntamiento, a las oficinas municipales y a la capilla de la Virgen del Portal.
El castillo palacio se encuentra actualmente se halla en estado ruinoso, pese a lo cual conserva su monumentalidad.
Junto al castillo se edificó la iglesia parroquial, separados ambos por un portal que cerraba la población, y sobre el que había una pasarela elevada que los comunicaba.
Cerca de Maella, camino de Fabara, encontramos la ermita del Cristo de la Zarza, y las ruinas del monasterio trapense de Santa Susana, del que se conservan la capilla y la hermosa torre.
Leyenda de » La Ma d’ella»
Esta hermosa narración cuenta como el Señor habitante del Castillo mantenía a la población en un estado de continuo descontento como consecuencia de la opresión.
En este ambiente, agitado por la injusticia del poderoso terrateniente se fraguó una rebelión encabezada por un apuesto joven campesino. Esta rebelión acabó derivando en terrible lucha con resultado favorable al Señor, quién decidió condenar a nuerte en la horca al valiente joven cabecilla. La ejecución se llevaría a cabo en el «Tossal de les Forques», lugar en el que eran ejectuados los reos condenados a muerte, de ahí su nombre, que todavía se conserva en la actualidad. La amada maellana novia del muchacho, presa del miedo por perder a su enamorado, se vió obligada a intervenir suplicando al Señor del Castillo la vida de su prometido.
El Señor , cautivado ante el valiente y decido gesto de la jover y, ante todo, por su extraordinaria belleza se vió impulsado a pedir la mano de la doncella a cambio de la vida de su La jove, habiendo reflexionado las palabras del Señor, tuvo a bien jugar con estas y voluntariamente confundir la «mano en matrimonio» con su propia mano, por lo que decidió cortar su mano y hacérsela llegar al señor dueño del Catillo, quien asombrado ante el acto de heroicidad protagonizado por la jover maellana y haciendo honor a su palabra, dió la orden de liberar al jove y amnistiar a todos los habitantes de la villa.
No es extaño que tan hermoso relato sirva de inspiración constante para artistas, así como está muy relacionado con la heráldica maellana – mano de carnación sobre un solo campo de plata y en medio de dos flores de lis.
De ser cierta esta interpretación, el nombre de la villa haría referencia a esta a esta acontecimiento: MAELLA- MA D’ELLA – MANO DE ELLA.
Las flores de lis que acompañan a la mano de mujer se incorporaron a raiz de la Guerra de Sucesión, puesto que Maella se mostró fiel partidaria del aspirante Borbón Felipe, quien habiendo llegado al trono, concedió en 1708 el ´titulo de Fidelísima junto derecho al añadir al escudo las dos flores borbónicas.prometido.